¿Qué me pasa? ¡Necesito ayuda!


       Los pacientes con CAT o SMT, patologías traumáticas del aparato masticatorio piden consulta motivados principalmente por estos síntomas: cefaleas de tipo migrañoso o tensional, dolor espontáneo o motivado por la palpación en ciertas zonas craneales (ATM, oído, sien, etc.) y pérdida de estabilidad (mareos o vértigos).


Normalmente los pacientes no relacionan ninguno de estos síntomas con su aparato masticatorio, por lo que son remitidos a consulta después de ser vistos por otorrinos, neurólogos, fisioterapeutas, quiroprácticos, psicólogos, psiquiatras, acupuntores, traumatólogos, rehabilitadores, maxilos, dentistas, etc., o bien por visitar en Internet nuestra página web (www.step.es/personales/jlarena/) .

Frecuentemente han sido sometidos durante un largo periodo de tiempo a tratamientos ineficaces a base de fármacos y férulas sin antes tener un diagnóstico correcto y comprobado clínicamente, expoliados económicamente y lo que es peor, la mayoría de ellos en un estado psicológico muy deteriorado, deprimidos, desesperados, desesperanzados y angustiados. Cuando cuentan su historia clínica la mayoría de estos pacientes necesitan llorar para desahogarse de todas las incomprensiones por las que han pasado por falta de credibilidad cuando explican lo que sienten, sus síntomas, en diferentes zonas de su anatomía y oyendo como contestación por parte de los profesionales un “eso no puede ser, no tiene nada que ver una cosa con la otra, usted está somatizando, imaginando cosas que no están, que no pueden ser”.

Un pensamiento muy común entre estos pacientes es que sospechan que tienen algo grave en la cabeza y que nadie consigue encontrarlo, darles un diagnóstico. Ellos saben que “algo” les pasa y lo que temen es que sea algo “malo” y encima no se lo encuentran. Viven con este pensamiento, se duermen con él y se despiertan con él, día tras día, año tras año.

El primer medio necesario a poner para que no lleguen estos pacientes a la situación de incorporarlos a ese “circuito cerrado rotatorio” por los diferentes especialistas y del que no pueden escapar, pasa porque nuestros colegas y los de las otras especialidades médicas y paramédicas tengan conocimiento de estas nuevas patologías funcionales traumatológicas que detallaremos a continuación y que sometan a un sencillo, rápido y práctico diagnóstico diferencial a este tipo de pacientes que les llegan con cefalea y/o pérdida de la estabilidad, porque no todo consiste en meterlos en ese "cajón de sastre" que es la migraña, la cefalea tensional y el Meniere.

No es necesaria una analítica complementaria compleja, basta con una buena anamnesis, inspección, un test de Romberg y sobre todo una palpación de las zonas o puntos desencadenantes del dolor que complementaremos con una prueba de anestesia local en casos de duda o si queremos comprobar y asegurarnos del diagnóstico.

Hemos encontrado que diferentes cefaleas diagnosticadas como migrañas, tensionales, etc., neuralgias del trigémino, parálisis faciales, cuadros de mareos, vértigos, Síndrome de Meniere, Síndrome de Boca Ardiente, etc., son síntomas de estas patologías funcionales traumáticas. Aquí nace el drama de estos pacientes: les diagnostican de unos síntomas que elevan a enfermedades y además les dicen que son de difícil y rara curación ya que no conocen su causa y terminan convenciéndoles que tienen que asumirlas de por vida con un tratamiento farmacológico.

En general podemos decir que el problema se reduce a una falta de espacio para que el músculo temporal y la propia mandíbula puedan llevar a cabo sus movimientos normales durante la masticación, fonación, etc., quedando atrapado el músculo temporal en el orificio cigomático y golpeando la mandíbula, por su cercanía, al maxilar superior.

La incidencia de estas patologías funcionales es muy alta, uno por cada diez individuos y afectando mas al sexo femenino en la proporción de 4 a 1.

La experiencia nos ha hecho ver que muchas Disfunciones CraneoMandibulares (DCM) estaban parcialmente equivocadas en el diagnóstico y que muchos de los síntomas que creíamos propios de las DCM, en realidad eran de CAT y/o de SMT. No es que no existan DCMs, pero su proporción con el CAT/SMT es de 1 DCM cada 10 CAT/SMT.